Diario de un mural, sexta jornada toca reflexionar

Llegados a este punto te planteas si es mejor dejarte dirigir por la disciplina diaria de un obrero o trabajar bajo la batuta del ánimo y la inspiración, pero como el tiempo apremia haces una suerte de mezcla entre ambos y trabajas diariamente intentando que la inspiración aparezca y repites antes de comenzar cada jornada; Como decía Picasso; "que la inspiración te coja trabajando" 
Y funciona, al tiempo de haber comenzado ya no sientes el cansancio o las horas que llevas empleadas, solo sientes que ese color es o no el más adecuado y sientes que de alguna forma va surgiendo la magia y lo disfrutas, lo disfrutas hasta el punto de que has de parar de vez en cuando para coger aire, para tomar perspectiva y salir de la dinámica de la paleta y el pincel, mirando la hora que es y decidiendo si te da tiempo o si tienes que parar por hoy. Todo un proceso que como la marea, sube y baja y te deja cansada pero satisfecha contigo misma, deseando que llegue mañana para seguir.








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